Director de cine estadounidense, nacido en Chicago, Illinois. A pesar de su renombre como creador de teleseries de éxito, Michael Mann ha hecho todo lo posible por convertirse en director de cine, vocación que crece en él tras licenciarse en la Universidad de Wisconsin y cruzar el Atlántico para recibir clases en Londres, en la prestigiosa London Film School. El futuro cineasta poseía una intuición única para el éxito en la pequeña pantalla, y pronto llamó la atención como autor de los guiones de Starsky y Hutch (1975), teleserie de 88 episodios protagonizada por los actores Paul Michael Glaser y David Soul. Ahora bien, pese a cotizarse cada vez más en las cadenas de televisión, no desistió de su viejo propósito, por fin cumplido cuando logra rodar la película Ladrón (1981). Este largometraje contó con un presupuesto medio y el reparto lo encabezó James Caan, pero el buen oficio cinematográfico de Mann no fue suficiente para apartarlo del medio televisivo. Certero a la hora de elegir nuevos proyectos, se convierte en productor de la teleserie Corrupción en Miami (1984-1989), donde ensaya la combinación de los lenguajes del vídeo musical y la publicidad con el género policiaco. Mientras trabaja en esta producción, se encarga de adaptar al cine una novela de Thomas Harris, El dragón rojo, que será estrenada como Hunter (1986). Este título es la presentación cinematográfica del psicópata Hannibal Lecter, protagonista luego de otro film, El silencio de los corderos (1991) de Jonathan Demme. Michael Mann insiste en plantear proyectos en Hollywood y por fin consigue ser reconocido como director con El último mohicano (1992), película de aventuras inspirada en la novela homónima de James Fenimore Cooper. Uno de sus más evidentes méritos en esta película es modernizar de cara a un público joven la peripecia romántica de Cooper, ambientada en el siglo XVIII, en la Norteamérica de las guerras franco-británicas. La buena carrera comercial del film da a entender a la industria que Mann es una buena inversión. De ahí que consiga un presupuesto aún más elevado para rodar Heat (1995), en la cual narra el enfrentamiento entre un ladrón de alto nivel, Robert de Niro y un policía curtido en las calles, Al Pacino. Por la lucidez del guión, lo esperado del duelo interpretativo entre De Niro y Pacino y, por supuesto, el notable trabajo de Mann tras la cámara, Heat causa la impresión esperada y asegura la posición profesional del director. Los últimos trabajos del director de Chicago fueron tres éxitos de taquilla, muy bien acogidos por la crítica, El dilema (1999), con un magnífico trabajo de Russell Crow y Al Pacino; Alí (2001), la vida del boxeador Mohammad Alí interpretada por Will Smith; Collateral (2004), un thriller protagonizado por Tom Cruise; Corrupción en Miami (2006) y Enemigos públicos (2009).